Salinas y el Estado profundo
El problema con Ricardo Salinas no es que no paga impuestos.
O más bien no solo es eso.
Tampoco sus empresas pagan el seguro social de sus más de 150 mil trabajadores. O los pagan a unos cuantos. Un porcentaje pequeño.
Tampoco pagan vacaciones a la mayoría de sus asalariados.
Tampoco permiten que se afilien a un sindicato o un sindicato se forme localmente.
Ni tampoco respetan los derechos de las mujeres que ahí trabajan. Su oficina para la defensa del género es más bien un despacho para tranquilizar a las mujeres acosadas o violadas dentro de sus espacios laborales.
La misma oficina que cuando el caso Andrés Roemer explotó en los medios nacionales, permaneció muda.
Y para evitar problemas con las leyes, el Grupo Salinas suele contratar a sus trabajadores vía empresas patito. Es decir, empresas ficticias.
Por eso mismo, por usar empresas........
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