¡Campaña!
Quedan treinta meses de gobierno, pero la campaña ya está en marcha. Y no solo porque Colombia, con su guerra en el sistema inmunológico, sigue siendo un país que anhela salvadores, sino porque el paródico e impaciente siglo XXI, harto de las democracias que hemos dado por sentadas, ha dejado claro que cualquiera puede ser el presidente. “Cualquiera” en el sentido democrático: un firmante de paz, de izquierda en una tierra en la que la palabra “víctima” es de izquierda, que proponga la reivindicación de los ninguneados. “Cualquiera” en el sentido distópico: un senador anónimo pero uribista que hizo campaña por el “no”; un ingeniero que se limitó a repetir “reloco, papi, reloco” en TikTok; un milei bukélico, por venir, que sepa prometer la urgencia sin escrúpulos en la lengua.
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Súmele usted las salidas en falso –desde los presupuestos varados hasta los escándalos premiados– de esta presidencia esotérica: cualquiera puede estar pensando........
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