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Ser y parecer

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07.01.2025
El mundo está lleno de moralistas que, camándula en mano, predican una cosa y hacen otra muy distinta. Los que censuran las relaciones libres, pero son adúlteros frecuentes. Los que hablan de caridad, pero desprecian sistemáticamente a quienes sienten inferiores. Los que se precian de dar mucho, pero en realidad solo posan de generosos, porque no ayudan a nadie o ayudan muy poco. Los que hablaban de “ética y estética” mientras permitían que los suyos robaran a sus anchas. Grandes decepciones hemos tenido entre nuestros dirigentes.

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El asunto es que llegaron otros que nos hablaban de cambiar lo que estaba mal; de dar, por fin, un paso hacia adelante en la búsqueda de la anhelada transparencia en el sector público, que había sido tan esquiva. ¿Y saben qué? Resultaron peores que los anteriores. Es como si hubieran dicho: llevamos décadas viendo cómo se roban el Estado y nos merecemos, ahora........

© El Tiempo


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