menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

Los políticos del Nuevo Testamento

3 0
28.03.2025

Cuando pensábamos que, con el paso de la reciente pandemia, aparte de sufrir las secuelas del covid-19 y sus vacunas, quedaríamos convertidos en una sociedad solidaria, justa, comprensiva y llena de atributos humanitarios, infortunadamente vemos que cada vez somos más inhumanos como colectivo social. Las egolatrías, el egoísmo, la indiferencia y todo tipo de bajas pasiones intervienen negativamente en el desarrollo de unas armónicas relaciones personales.

La política no es la excepción. Luego del adoctrinamiento de la desesperanza, el amnésico pueblo y sus líderes electorales marchan en una competencia sin control, en la que la identidad ideológica pasó a un segundo plano, para darle paso al desenfreno de los apetitos personales, sin importar si se deforma o no la verdadera naturaleza del noble ejercicio político.

La voracidad individual fija el precio y grado de vulnerabilidad del constituyente primario, para que luego llegue el inescrupuloso politiquero a comprar voluntades, silencios y aplausos a oscuros personajes, líderes de una gestión cuya misión dejó de ser la satisfacción del ser humano que ya le dieron esa ínfima limosna, para dar rienda suelta a la codicia desmedida, promotora de la inequidad y resentimiento que nutre las diferentes manifestaciones de la violencia.

Por unas lentejas nos volvemos fuertes ante el débil y sumisos frente al poderoso, ese que nos manipula políticamente con el miedo; suavizamos las barreras éticas y morales para justificar sesgadas decisiones aún en contra de nuestros propios intereses; elogiamos a quienes estructuran su diatriba política en anacrónicos postulados del rencor y la venganza; aceptamos el poder excluyente de la corrupción, la política del ‘todo vale’, así cuando........

© El Pilón