Cansados del odio
La situación en Colombia está tan tensa que ya no se aguanta. En las discusiones públicas solo se escuchan gritos, la gente habla con rabia, movida por el resentimiento y el odio. El país está cansado de tanta pelea, de discursos que nos dividen y de la imposibilidad de disentir sin ser etiquetados como enemigos. La gente pide un respiro, un espacio donde pensar diferente no sea una condena.
Es agotador vivir en una sociedad donde todo se reduce a un enfrentamiento entre bandos, como si la realidad solo tuviera dos colores. Nos rodeamos únicamente de quienes piensan igual, alimentando nuestras certezas con los mismos discursos y contenidos, diseñados por algoritmos que nos encierran en burbujas de pensamiento. Así, el diálogo desaparece y trabajar juntos parece imposible. Poco a poco, la sociedad se descompone en trincheras de odio.
Analizando las métricas del 11 al 22 de marzo, el presidente Petro publicó y compartió más de 200 veces. Su narrativa en este periodo es combativa, polarizante y movilizadora. Se basa en la confrontación con el establecimiento y la reivindicación del pueblo como agente de cambio. En lugar de buscar consensos, refuerza una identidad política que presenta su gobierno como una lucha entre pasado y futuro, entre la resistencia al cambio y la transformación social.
Pero un verdadero líder no es el que grita más fuerte, ni el que ‘trina’, ni el que insulta con mayor habilidad. Es el que une, el que encuentra puntos en común y construye en vez de destruir. Sin embargo, el liderazgo actual se alimenta del conflicto, alejándonos de soluciones reales. Cuando el poder siembra odio y división, la sociedad responde igual. Y si la violencia verbal se normaliza, tarde o temprano llega a las calles. Con tanta........
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