La corrupción y los pecados capitales
Opinión | Más allá del Negrón
Vivimos azotados por la zozobra de la polarización. La corrupción se ha convertido en un arma letal de la feroz lucha entre partidos. En una situación así, resulta imposible sustraerse y deleitarse con la belleza de una exposición titulada "La Iconografía del mal. Tapices de los pecados capitales" sin que la mente relacione estas obras maestras de los siglos XVI y XVII con el aluvión de maldades y perversiones de nuestra vida política.
Según iba recorriendo la muestra, que se puede ver en la Galería de las Colecciones Reales en Madrid, las figuras de nuestros presuntos corruptos se aparecían entre figuras mitológicas tan representativas como el disoluto Dionisio, el acaparador rey Midas o el lascivo Príapo. Nuestros pecadores del presente adquirían la forma de terribles criaturas fabulosas, como basiliscos, arpías o mantícoras.
En la exposición se aclara al visitante: "Hoy ya........
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