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La fábula de Los tres cerditos en la versión de Walt Disney examinada desde la sociología comprensiva de Max Weber

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15.04.2025

Hay algo terriblemente soez en la mente moderna; la gente, que tolera toda suerte de mentiras indignas en la vida real, y toda suerte de realidades indignas, no soporta la existencia de la fábula.

Octavio Paz

Para la realización del presente ensayo, que tiene como interés primario interpretar la versión de Walt Disney del cuento de los tres cerditos desde las ideas del sociólogo alemán Max Weber, me he basado en varias y diversas fuentes. La primera es la de los hermanos Grimm, recopiladores alemanes de tradiciones y su libro Cuentos de la infancia y del hogar (1814-1815); la segunda es la del célebre creador de dibujos animados Walt Disney y su corto de animación Los tres cerditos (1933); le sigue el psicólogo infantil austriaco Bruno Bettelheim (1903-1990) y su obra Psicoanálisis de los cuentos de hadas (1975), y por supuesto, el sociólogo e historiador alemán Max Weber, y su controversial libro La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1904-1905), así como sus relevantes y eruditos trabajos sobre la música occidental contenidos en su ensayo Los fundamentos racionales y sociológicos de la música, escrito en 1922.

Mi interés principal reside en mostrar que este viejo cuento o fábula, que es muy anterior a la versión de los hermanos Grimm del siglo XIX, y que puede tener raíces medievales, ha sido interpretado de diversas maneras, tal como la que le debemos a Bettelheim, quien sostiene que el cuento de los tres cerditos tiene que ver con el mito de Hércules que trata de la elección entre principio del placer y el principio de la realidad. Enseña a los niños a no ser perezosos y a no tomar las cosas a la ligera, porque si lo hacemos podemos perecer.

Las casas que construyen los tres cerditos, dice Bettelheim, son símbolos del progreso en la historia del hombre: desde una choza sin estabilidad alguna, a una de madera, llegando finalmente a la sólida casa de ladrillos. Desde el punto de vista interno, las acciones de los cerditos muestran el progreso desde la personalidad dominada por el ello hasta la personalidad influenciada por el super-yo, pero controlada esencialmente por el yo.

La interpretación que nos interesa es la del dibujante estadounidense Walt Disney (1901-1966), quien realizó en 1933 el corto de dibujos animados Los tres cerditos, con el cual ganó el premio Oscar al mejor corto de animación (1934). Dicen los chilenos Ariel Dorfman y Armand Matterlart en su libro Para leer el Pato Donald (1971) que fue Disney defensor del modo de vida americano y que existe una ideología neocolonialista subyacente en sus filmes. Realiza Disney una versión animada del reconocido cuento que de seguido analizamos desde la perspectiva de la sociología comprensiva de Max Weber (1860-1920).

La sociología interpretativa o comprensiva, escribe Weber, considera al individuo y su acción como su unidad básica. Como su átomo, si puedo permitirme emplear excepcionalmente esta discutible comparación (…) en consecuencia la teoría de la sociología consiste en reducir estos conceptos a «acciones comprensibles», es decir, sin excepción, aplicables a las acciones de hombres individuales participantes. Este es un procedimiento que utiliza la metodología de la hermenéutica: por medio de un análisis racional se comprenden las acciones e intenciones de los sujetos. Tanto Weber como Dilthey-dos germanos- entendían con el término verstehen (comprender lo humano), por oposición a erklären (explicar reduciendo a leyes), que era más adecuado para las ciencias naturales. Para ello los hechos sociales no eran cosas, como pretendía Durkheim, pues el ser humano entra como sujeto y objeto de la investigación, y su comprensión exige la sensibilidad y perspicacia propia de la hermenéutica, nos aclara Miguel Martínez Miguélez.

El cerdo (sus scrofa domestica) casi universalmente es símbolo de la glotonería, la voracidad, ignorancia, lujuria, egoísmo. Nos dice el Diccionario de los símbolos (1969) de Chevalier y Gheerbrandt que el cerdo goza en el fango y el estiércol, dice Clemente de Alejandría. Esta es la razón de orden espiritual de que se prohíba la carne de cerdo, especialmente en el Islam. El caso de la prohibición del consumo de cerdo entre los israelitas y musulmanes lo explica el antropólogo estadounidense Mervin Harris en base a que los cerdos necesitan sombra y humedad para regular su temperatura y, aparte de la carne, no proporcionan otros servicios como animal de tracción, ni dan leche, y no se pueden alimentar de hierba como los rumiantes. Con la progresiva deforestación y desertificación de Oriente Medio y el continuo crecimiento de la población se hizo muy caro e ineficiente criar cerdos por su carne, y para evitar la tentación se instituyó su tabú como precepto religioso. Contemporáneamente, en razón de su apariencia próspera, se le considera símbolo de la abundancia. Burgueses y banqueros a menudo toman la forma de chanchos.

El corto de animación de Walt Disney dura unos 8 minutos y su nombre original es Three little pigs, dirigido por Burt Gillett, en tanto que el guión se lo debemos a Boris V. Morkovin, y la música a Frank Churchill. Es el número 36º de los 75 cortos que forman la Silly Symphonies (Sinfonías Tontas) de Walt Disney. Ya el ratón Mickey Mouse había sido creado en 1928, resultando un enorme éxito para Disney. Luego vendría, en 1938, otro notable triunfo: el primer largometraje animado en lengua inglesa: Blanca Nieves y los siete enanitos. De 1940, poco antes de entrar Estados Unidos a la Segunda Guerra, produjo otros dos renombrados largometrajes: Pinocho y Fantasía. La producción de cortos de la serie «Silly Symphonies» concluyó en 1939. Poco después, en diciembre, Estados Unidos entraba en la Segunda Guerra Mundial. Los estudios Disney colaboraron estrechamente con el gobierno, produciendo películas educativas y de formación militar, así como otras encaminadas a elevar la moral en retaguardia, tales como los cortometrajes Der Fuehrer’s Face («El rostro del Führer), Education for Death («Educación para la muerte»), Reason and Emotion («Razón y emoción»), y el largometraje Victory Through Air Power («Victoria a través de la fuerza aérea», 1943), en el que se defendía la idea de que era necesario construir más........

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