La guerra por el botÃn llamado México
La semana ha sido terrible. Brota la corrupción por todos los poros del régimen morenista. El huachicol a secas y el huachicol fiscal han creado un agujero en las finanzas públicas imposible de ocultar. Obviamente es un negocio que solapa a cientos o miles de personas, tanto funcionarios públicos (de las oficinas de la Presidencia de la República hasta el último policÃa de algún municipio) asà como empresarios. SerÃa imposible esconder un negocio de esa dimensión, magnitud y regularidad sin el conocimiento de una pléyade de actores, públicos y privados.
Pero también está la trágica explosión de una pipa de gas licuado que tuvo un percance y se volcó, derramando su peligrosa carga y provocando muertes, heridos y pánico en la ciudadanÃa. Reflota la imagen de la explosión de San Juanico, allá en 1984. Se habla de un bache que provocó la volcadura del camión y su carga. El gobierno rápidamente aclaró que no era un bache y que el vehÃculo avanzaba a toda velocidad. Cierta o no cualesquiera de las versiones, el incidente también habla mal sobre un gobierno que, al parecer, no tiene la autoridad necesaria para obligar a la correcta conducción de negocios que manejan productos peligrosos o altamente inflamables.
La prensa captó el momento en que, en una carrera de discapacitados, un contendiente extranjero cayó en un bache, se precipitó al piso y fue descalificado. El gobierno rápidamente aclaró que no era un bache, sino una tapa mal colocada sobre un drenaje. ¿Realmente importa, finalmente, si fue un bache o una tapa mal colocada? El hecho es que un contendiente de una carrera en silla de ruedas fue descalificado por ese defecto en la vÃa pública.
La tragedia en la Ciudad de México es la misma que azota al sistema de salud o de educación en México. La corrupción está carcomiendo los cimientos de las instituciones del Estado mexicano.........
© El Heraldo de México
