Tal es el caso de Martí Batres, quien siendo el jefe de Gobierno sustituto de Sheinbaum se comportó como el porro que es aventándose una elección de Estado, sin pudor alguno y sin siquiera ruborizarse.

En el México donde funciona un sistema de salud pública mejor que el de Dinamarca; en el país cuyo gobierno 4T reloaded presume que ya no hay nepotismo ni corrupción ni impunidad, el jefe de una de las familias doradas del poder parece tener el propósito de continuar con las historias de terror en el ISSSTE, que puntualmente he narrado y documentado desde hace años en este espacio.

Sí. El nuevo director general del ISSSTE es digno heredero de los desatinos de sus antecesores al mando de una de las instituciones que fueron orgullo del Estado mexicano, pero que hoy se cae a pedazos en perjuicio de millones de burócratas que padecen de pésimos o hasta nulos servicios de atención médica, hospitalización, distribución de medicamentos y, en general, todo aquello que corresponde a los derechohabientes.

Es imposible olvidar lo que ocasionaron el junior Luis Antonio Ramírez Pineda, todavía becado en Nafin y Bancomext, así como su sucesor Pedro Zenteno y la directora administrativa, la exgacela de AMLO, Almendra Ortiz, o la hija mayor de otra familia dorada, Bertha María Alcalde.

Pues no está por demás recordar que gracias a Almendra los........

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