Diego Augusto Arcila Vélez

Sí, mañana es diciembre, comenzamos el caminito a la Navidad. Nada de tristezas, ésta Navidad sí es mía, hay que sonreír y esperar con amor el nacimiento del Hijo de Dios. Debemos como cristianos preparar su venida. La palabra Navidad viene del latín “navitas” que quiere decir nacimiento, y durante estos días recordaremos que Dios vino a este mundo y nació como un bebé. Jesús no era un bebé común y corriente, Él era Dios encarnado y venía con una misión específica: salvarnos de nuestros pecados. El nacimiento de Jesús había sido profetizado de forma detallada, por ejemplo en Mateo 1 se hace referencia a una profecía de Isaías 7, 14 que anunciaba la Concepción de la Virgen y cuál sería la misión de Jesús, esta es, acercarnos a Dios.

Los símbolos durante este mes son muy importantes, no es el árbol de navidad, ni el exceso de luces, ni las guirnaldas, ni mucho menos papá Noel los importantes; es el Pesebre, el Niño Jesús y la Virgen y San José. Los niños son los que más disfrutan hacer el pesebre; recuerdo cuando en mi infancia construíamos unos pesebres que llevaban hasta aviones, carros, estanques y patos hechos con papel celofán, caminos con aserrín y hasta musgo (el cual hoy está prohibido). Los cascabeles eran hechos de tapas de gaseosa y amarrados por un alambre, íbamos de casa en casa y comíamos merienda y........

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