Las muchas columnas escritas durante éste tiempo, especialmente por el columnista Luis Quiroga, sobre el Aeropuerto Matecaña, nos hacen pensar que ya es tiempo para que se cambie de lugar y se proyecte sin miedo uno más acorde a la biogeografía de la ciudad. Es cierto y lo comparto, nos quedamos cortos. Alrededor de los aeropuertos, curiosamente del mundo, se mueven comunidades muy vulnerables, pobres y con escasas posibilidades. Pereira los tiene: Nacederos, el Plumón, la Ferrocarril, entre otros. Pareciera que las inversiones hechas a estos terminales aéreos no impactara o poco a los que allí viven. Es el caso de la Ferrocarrilera, un barrio apostado a la entrada norte del mencionado aeropuerto. Medio barrio fue demolido por las nuevas adecuaciones, desapareció la escuela, cancha y caseta comunal. Increíblemente ellos se han reinventado, y hoy por hoy, con mucho esfuerzo y mostrando su talento especialmente a través del muralismo, han creado un proyecto gigante y cultural, que cada vez los visibiliza más ante la ciudad y el país.

Lo han llamado “La Ferro”, de la Ferrocarrilera, y son jóvenes y niños que han trabajado casi con las “uñas”, y un deseo inmenso de salir adelante y de hacer de su comuna una de las mejores de Pereira. Pintaron murales a gran formato, en donde según uno de sus principales motivadores, el joven Danilo Bermúdez, “se respira arte, cultura, inclusión y........

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