menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

RECLUTANDO ANDO. Cuento Territorial

2 0
01.12.2025

Ampliar el concepto de Estado desde su origen implica comprender no solo su formación sino su función social y ecológica, y sobre todo, la inevitable defensa de su dominio. La cerca, instaurada en algún remoto momento por un astuto Señor, no se sostenía simplemente con la aceptación explícita de los imbéciles; este consenso ingenuo nunca bastó para garantizar su permanencia. Era, y sigue siendo, indispensable la defensa armada del predio, porque la ambición y codicia del colectivo de individuos, esa multitud siempre al acecho, amenaza perpetuamente con desbordar cualquier intento de orden.

No se trata de “comunes” sino de seres humanos egoístas y envidiosos, anhelantes eternos de ser dueños de algo, incluso su propia pobreza, previamente aceptada como estandarte. La imbecilidad, lejos de ser ignorancia, se transmuta en bestialidad cuando se erige en violenta defensa de lo que no les pertenece. Recluta, soldado, paraca, guerrillero, mercenario o sicario: todos ellos, individuos dispuestos a matarse y a matar, por custodiar lo que jamás les perteneció.

¿Cuál es la razón para esta discrecional barbarie? Única y demoledora respuesta: el atajo surgido del mismo poblador que, deliberadamente, se sustrae de una existencia productiva y digna. No existe reclutamiento forzoso en al legalidad de fuerzas armadas; salvo algunas excepciones criminales, lo que prolifera son almas ávidas de la fácil dádiva, buenos denarios a cambio de lealtad ciega. Lo proclaman como consigna: “El trabajo es tan maluco que pagan por hacerlo”, en sardónica alusión a la actividad laboriosa de la transformación.

Hoy, un joven apto para el trabajo opta por la virtualidad de contenidos amorfos en la red antes que laborar en la construcción de un objetivo tangible y difundible. Una joven bella, moldeada a los estándares impuestos del 90-60-90, prefiere el pago oneroso por su danzar voluptuoso y lujurioso en un webcam “prestigioso”; otra, en plena edad productiva, anhela una moto, una paga y una pistola en vez de adquirir conocimiento genuino. A decir verdad, el mundo moderno extiende esta idea de “joven” a la joven y a los diversos: como proclama el osado ministro, “yo puedo ser marica........

© El Diario