El Nobel de Paz de María Corina Machado y la polarización en América Latina
Lina María Arango Dávila
El Premio Nobel de Paz 2025 otorgado a María Corina Machado no solo reconoce la lucha democrática en Venezuela. También revela, con crudeza, la incapacidad de muchos líderes latinoamericanos —incluídos los colombianos— para celebrar el mérito ajeno cuando este desafía sus afinidades ideológicas: “si el premiado no es de los nuestros”, el Nobel se deslegitima.
El Comité Noruego del Nobel reconoció a María Corina por su “incansable trabajo promoviendo los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”. Su liderazgo en la oposición, su resistencia frente a la persecución política y su papel en las elecciones de 2024 —cuya victoria fue desconocida— consolidaron su perfil internacional como símbolo de la resistencia democrática.
Venezuela es catalogada como una dictadura por múltiples organismos internacionales debido a la concentración de poder en el Ejecutivo, la ausencia de contrapesos institucionales, la represión de la oposición, el cierre de medios independientes y la manipulación de procesos electorales. En este contexto, la lucha por valores democráticos como la separación de poderes, la libertad de prensa, el derecho al voto y la alternancia en el poder no es una consigna abstracta: es una urgencia vital para América Latina, donde la historia reciente está marcada por dictaduras militares. La región ha sido terreno fértil para populismos autoritarios de izquierda y........





















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