Cómo combatir la gigantesca corrupción
La corrupción es un cáncer que debilita la democracia, pervierte la gestión pública, desgasta las instituciones, destruye la confianza pública y convierte al Estado en un botín. Atraviesa fronteras, ideologías y sistemas políticos, y se manifiesta con la misma crudeza en regímenes totalitarios como en sistemas democráticos estables. Ningún país ha sido ajeno a ella, y cada gobierno ha ensayado soluciones que van desde la brutalidad punitiva hasta la sofisticación tecnológica. El resultado es el mismo: se la controla por momentos, se la oculta bajo promesas o se la maquilla con innovaciones, pero nunca desaparece.
En Corea del Norte, Kim Jong Un ordenó recientemente la ejecución de una veintena de funcionarios acusados de negligencia y corrupción tras desastres naturales. La medida buscaba cortar de raíz la incompetencia y enviar un mensaje de terror a la burocracia. En China, la pena de muerte por casos graves de cohecho sigue vigente y ha alcanzado a dirigentes de alto nivel.
En Brasil, el juez Sergio Moro lideró desde 2014, el caso Lava Jato, que reveló un entramado de sobornos que hizo tambalear a casi todo el sistema político. Diez expresidentes de Latinoamérica fueron encarcelados, acusados o procesados por este........
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