En defensa de la estadística
Cada elección viene acompañada de una mezcla de entusiasmo, ansiedad y, en no pocos casos, frustración. Buena parte de esta expectativa gira en torno a las encuestas, herramientas técnicas que, más allá de sus aciertos o desaciertos, se han convertido en parte del paisaje electoral.
Cuando los resultados finales discreparon sustancialmente de lo que reflejaban los sondeos, se reavivó el escepticismo: “las encuestas no sirven”, se ha afirmado con desdén. Este desencanto, aunque emocionalmente comprensible, suele tener más relación con una lectura deficiente de los datos que con una falla técnica de la estadística en sí misma.
Es preciso recordar que la estadística no es una opinión ni un oráculo: es una ciencia. Su objeto de estudio es la variabilidad y la incertidumbre de fenómenos observables, y su método se basa en principios rigurosos de la matemática y la probabilidad.
Es también una ciencia instrumental, fundamental para otras disciplinas. Sin ella no existiría la medicina........
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