La democracia no se arregla con un nuevo presidente
En agosto, Bolivia enfrentará una nueva elección nacional. Como en cada ciclo electoral, volverán las promesas, las frases hechas y el espejismo de que cambiar de presidente equivale a cambiar de rumbo. Pero si algo nos han enseñado los últimos 25 años es que el problema de la democracia en Bolivia no es solo quién gobierna, sino cómo y para qué se gobierna.}
egún el estudio La democracia en los ojos de la gente, publicado recientemente por la Fundación Konrad Adenauer, el respaldo ciudadano al sistema democrático en Bolivia ha sufrido un deterioro profundo y persistente. La mayoría de los bolivianos ya no confía en las instituciones públicas —ni en la justicia, ni en la Policía, ni en los órganos electorales— y esa pérdida de confianza no se cura con un nuevo rostro en la silla presidencial.
Bolivia no es la excepción en una región donde el autoritarismo gana terreno disfrazado de eficacia. América Latina, golpeada por la desigualdad, la inseguridad y la corrupción, vive una fatiga democrática. La gente ya no quiere discursos, quiere soluciones. Y en medio de esa urgencia, muchas veces se abre la puerta a líderes que prometen orden, pero el peligro es que esa consigna se........
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