Padre Andrés Yamit Carrillo Mendoza
Misionero Pasionista
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Hablemos de esa experiencia tan importante y decisiva para poder vivir bien: El perdón.

Quisiera empezar con la figura del niño que llora porque quiere una paleta y no se la dan, luego se pone triste y llora sin parar. Grita, hace escándalo, hasta que sus padres le compran la paleta y el niño dolido, ya no quiere recibirla. Llega a tal punto que recibe la paleta y la tira al suelo. Sus padres, lo reprenden. El niño en su silencio sabe que se portó mal, pero él necesita llorar más para intentar manipular. Aparecen otras personas que dicen, es un niño, no lo entienden. Pero el niño entiende todo perfectamente.

La reacción del niño, al no querer recibir la paleta que le dan sus padres, es el gesto de no perdonar nada, todo lo quiere para sí y cómo él diga. A veces, nos podemos sentir mal por gestos o por palabras que otros dicen de nosotros, sin embargo, entendemos claramente que las personas se equivocaron y que nos quieren profundamente. Pero nuestra poca claridad no nos permite ver y reconocer el aprecio tan grande que nos tienen. Nuestra mirada puede opacarse con nuestro capricho personal y nos centramos en observar el malentendido como un todo. Es aquí donde empieza el verdadero........

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