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Aprender del presente, no del pasado

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22.04.2025

No todo lo que se ve genial (en teórica, en retórica, en discursos o en apariencias), necesariamente funciona en la realidad. Por ejemplo, cuando existe “dinero fácil” existe más codicia, corrupción y desfachatez.

Al decir “dinero fácil” nos referimos al dinero obtenido con poco esfuerzo (como ser: hurtar, robar, engañar a las personas; usar la prisa como un hechizo de desventaja para el otro; mentir; conseguir las cosas, intentando manipular al otro; inculcar en otro una creencia falsa; consumar corrupción pública y privada, evadir impuestos, proliferación de trabajos informales; engañar a sus trabajadores con contratos simulados o fraudulentos, sin prestaciones sociales ni seguridad social; avasallamientos, apropiaciones, despojos, lavado de dinero, etc.) o, aquel dinero conseguido de manera que parece no requerir trabajo o esfuerzo significativo (carente de excelencia y de un sentido de integridad), que en su determinado momento, podrá producir una atracción mágica, un encanto que seduce a mediocres y facinerosos (quienes se enriquecen y tienen la desfachatez, de considerarse personas decentes por sus caudales económicos acumulados y, se dedican a comprar pleitesías mediante publicistas prepagos, creando grupos de seguidores, contratando testaferros o gente que mediante corrupción, resuelva sus problemas, los asesore o ayude a sostener sus mentiras, acreciente su enriquecimiento ilícito de forma rápida, etc.), pero luego........

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