Acudir al FMI: El único camino realista para enfrentar la crisis
La crisis económica que enfrenta Bolivia ya no es una amenaza latente, sino una realidad que se agrava cada semana. La escasez de dólares, la falta de combustibles, la caída de las reservas internacionales netas, el déficit fiscal crónico y el agotamiento del modelo extractivista basado en hidrocarburos están erosionando la estabilidad macroeconómica y social del país. La economía está atrapada en una espiral de desequilibrios: la pérdida de confianza en la moneda nacional alimenta la dolarización informal, las importaciones esenciales como diésel y gasolina se ven comprometidas, y el Banco Central ha quedado prácticamente sin instrumentos de control efectivo. Frente a este escenario, la disyuntiva ya no es entre ajuste o continuidad del modelo, sino entre desorden y recuperación. No hay soluciones mágicas ni atajos populistas sostenibles. El único camino realista que tiene Bolivia para evitar un colapso económico y social es recurrir a un programa de estabilización serio y estructurado, respaldado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y complementado con financiamiento multilateral y bilateral de gran escala.
En este contexto, la única salida viable y realista es un programa integral de estabilización macroeconómica, respaldado por un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que actúe no sólo como fuente de recursos, sino como garantía institucional para abrir el acceso a todas las demás fuentes de financiamiento internacional. Porque no nos engañemos: ningún organismo multilateral, acreedor bilateral o mercado financiero internacional está dispuesto........
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