¿Ajuste duro o populismo fácil? El futuro económico de Bolivia en juego
En Bolivia la carrera electoral enfrenta a dos proyectos muy distintos para salir de la crisis: el de Jorge “Tuto” Quiroga, de Libre, y el de Rodrigo Paz, del PDC. Ambos reconocen el déficit fiscal insostenible, el desplome de las reservas y la urgencia de recuperar credibilidad internacional. Pero mientras uno apuesta por ajustes claros y disciplina macroeconómica, el otro recurre a promesas que, en el mejor de los casos, lucen poco realistas y, en el peor, peligrosamente populistas.
Quiroga plantea un paquete de medidas duras pero coherentes. Su idea de cerrar empresas públicas deficitarias, reducir el exceso de burocracia y negociar con organismos multilaterales es impopular, pero responde a la lógica de estabilizar primero para crecer después. Habla de reestructurar el Estado con “motosierra y tijera”, una metáfora que genera resistencia social, aunque en esencia apunta a recortar un gasto insostenible y devolver credibilidad a los balances fiscales. La propuesta de entregar acciones de empresas estratégicas a los ciudadanos bajo un esquema de “propiedad popular” puede sonar ambiciosa, pero refleja una búsqueda de participación ciudadana en la economía sin romper el principio de eficiencia. Si algo se le puede criticar, es la falta de claridad sobre cómo amortiguará el impacto social de esas reformas. Sin políticas de protección, los costos podrían ser altos, pero al menos reconoce que el camino a la recuperación exige disciplina y sacrificio.
Rodrigo Paz, en cambio, ha optado por un discurso mucho más atractivo al oído del votante,........
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