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Los contratos de litio y la desconfianza

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17.02.2025

Montó una bicicleta y manejó. No era una “bici” cualquiera, tenía una batería de Ión litio. No era un ciclista cualquiera, era el Presidente. Estallaron los flashes de la propaganda y el momento (17/02/2014) quedó registrado para la historia: Bolivia entraba a la era de la industrialización del litio. ¡Bárbaro! Luego nos enteramos que fue una mentira. Esa planta, ubicada en Palca, Potosí, no produjo ni una batería.

Cinco años después (02/10/2019), el mismo personaje apareció conduciendo un buggy. "Estrenamos el primer vehículo ensamblado con litio boliviano en Potosí que usará energía de las baterías de litio de Palca”, dijo en un tuit. Decenas de celulares se elevaron sobre otra decena de manos, activaron sus cámaras fotográficas y registraron otra mamada. ¿Cuántos de esos vehículos circulan hoy en el país? Ni uno.

Los medios de comunicación informaron que la planta piloto de Palca fue construida por la empresa china LinYiDake Co. con unos 4 millones de dólares. Debía producir 1.000 baterías de litio para celular y 40 para vehículos al día. ¿Alguien usa una batería producida en la planta de Palca? Ni evistas ni arcistas ni androniquistas.

Entre 2012 a 2021, el Estado boliviano asignó un presupuesto de 1.231 millones de dólares para la industria del litio en Bolivia. Sin embargo, la ejecución no pasó del 48% y el retorno en ventas llegó apenas a un 7%, señala un reportaje de la periodista Madeleyne........

© El Deber