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Vade retro comunistas!

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Los últimos años nos han mostrado la decadencia de la alta política, falsamente entendida como profesionalización de la política.

Un político profesional es el que tiene un relato que sintetiza su modelo de país, pero también su plan comunicacional para ganar, porque sin ganar no existe posibilidad de llevar el modelo a la acción.

Y para ganar, hay que entender el consumo, en este caso las motivaciones que determinan el comportamiento de la ciudadanía que se manifiesta con el voto. Ese es el principal atributo del político profesional.

Pero una vez que se entienden las variables que hacen a la preferencia de la ciudadanía, ahí viene la capacidad de provocar, inclusive lo que la ciudadanía ni siquiera espera. Lo que podríamos definir como disrupción en la política. Nada fácil.

En tal sentido, Chile presenta hoy un patético amateurismo en la calidad profesional de la política y de quienes la ejercen.

Se sigue privilegiando la vieja fórmula de intentar acceder al poder a partir de denostar y no en esperanzar, y en el denostar lo único que parece tristemente........

© El Dínamo