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El gran apagón: cuando la electricidad la gestionan semidioses

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04.05.2025

No me gustaría estar en el pellejo de los operadores de la sala de control de Red Eléctrica. Alguien les deberá compensar el estrés y los nervios. Quizás la dimisión de quien se los ha provocado. Estoy convencido de que son magníficos profesionales que saben la que les caía encima y habrían avisado a sus superiores con tiempo, incluso décadas. El problema es que no hay nadie al mando de la gestión del sector eléctrico español más allá de monos, o monas, excesivamente bien pagados. O pagadas.

El papel principal del presidente/a de Red Eléctrica y cualquier otro organismo regulador o empresa compleja y de importancia estratégica, más allá de poner a conocidos y familiares en puestos relevantes que van erosionando la calidad e independencia de la institución que dirigen, es combatir las imposiciones absurdas en política energética que atentan contra las leyes de la física y la economía. Pero nadie muerde la mano de quien le da de comer. Y menos en esta España menguante empeñada en destruirse a sí misma.

Lo que ha ocurrido se venía avisando desde hace veinte años. No son pocos. Se podría haber evitado si hubiese habido buenos profesionales a cargo de la planificación energética, que los hay. Magníficos, diría yo.

El dios mercado es el encargado de seleccionar las fuentes de generación eléctrica que se activan en cada momento. Utiliza criterios que fijan a menudo precios disparatados. Alguien le debería decir a tal ser etéreo que, por mucho que le pese, la física es la que es. Y ningún "mercado" extractivo la va a cambiar.

Se llevaba más de veinte años avisando. Trataremos de explicarlo con palabras sencillas. 1) La red eléctrica es de corriente alterna. Funciona con una frecuencia de 50 Hz. 2) La generación eléctrica se divide en dos: síncrona y asíncrona. 3) La potencia síncrona proporciona estabilidad a la red. La asíncrona, principalmente solar fotovoltaica y eólica, no. 4) Si la frecuencia no es estable en los 50 Hz requeridos, la red se desacopla allá donde se producen los desajustes, pudiendo contagiar al resto de subestaciones si no cuentan con un margen de seguridad suficiente. 5) La desestabilización progresiva genera un exceso de la llamada energía reactiva, el enemigo a batir, y al revés, que amplifica el asunto colapsando el sistema. Nunca se sabe quien fue antes, el huevo o la gallina.

Los apagones pueden ser locales o generalizados. Se necesita un porcentaje mínimo de generación síncrona en cada momento, repartida homogéneamente en función de la oferta y la demanda regional y local, y no solo ibérica, para mantener la estabilidad de la red en su conjunto. Eso es innegociable, hasta para un político analfabeto. Mejor no exagerar.

Si no hay tal porcentaje con un margen de seguridad suficiente que pudiera compensar posibles eventos meteorológicos, sabotajes e incluso ciberataques que al menos permitan un cambio rápido a gestión manual, la red se desconecta en cadena,........

© El Confidencial