Arte, religión y política
El estallido de la bomba lanzada por el diario español “El País” sobre las acusaciones de pederastia contra el cardenal Cipriani, ha puesto en perspectiva el debate que hubo a raíz de la postergación del Festival teatral del PUCP por la publicación de un cartel provocador y que motivó inusitados comentarios de políticos de la derecha peruana.
Si bien la discusión se centró en el conato de censura a raíz de la fuerte presión mediática ejercida en pocas horas, se abre la oportunidad de seguir debatiendo sobre la libertad artística y de sus relaciones con la religión y la política. Pocos se fijaron en que, más allá de las posibilidades del arte, había en juego una lucha política soterrada y también la revelación de lo que pasaba en la política intraeclesial.
Se puede decir que el balance de la semana dio por resultado el arrinconamiento de los progres de la PUCP y de la Iglesia, ajochados por cucufatos de la ultraderecha y los grandes medios. Y por el lado opuesto, por artistas posmodernos, feministas y diversidades. Ironías de la vida: diversidades y disidencias presionando al compás con la ultra que ataca ferozmente al Papa reformador. Justo en los días que el Papa debía tomar la decisión de disolver al Sodalicio de Vida Cristiana.
El comunicado del Ministerio de Cultura del martes 14, desautorizando a una de sus funcionarias que había revisado en diciembre el expediente del Festival de Teatro, finalizó con un intento de interpretación teológica del afiche de marras: “atenta contra tres elementos de la fe........
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