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Final de un siglo y de un ciclo: Las iglesias del siglo XX en Segovia (V)

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06.04.2025

Conocido es por todos los segovianos el nacimiento y desarrollo del barrio de Nueva Segovia. Éste había surgido en los años setenta como Polígono Residencial para viviendas de protección oficial, aunque a lo largo del tiempo han surgido algunos cambios en relación con este tema.

El párroco, Hipólito Prieto, en 1985 solicitaba el acondicionamiento de un local para usos religiosos. Modestas eran las pretensiones, pero por entonces no era necesario nada más.

El crecimiento del barrio, el interés y desvelo del párroco y muchos vecinos (entre los que se creó una Comisión de Obras en 1995), el apoyo del Obispado y otras instituciones, todos estos motivos y otros tuvieron como consecuencia la construcción de un Centro Parroquial en una de las parcelas dotacionales. El proyecto fue realizado por los arquitectos Pedro Pastor Martín y Mª Luz Marazuela Esteban en los primeros meses del año 1997. Se trata, pues, del último edificio religioso construido de nueva planta durante el siglo pasado en Segovia.

El conjunto parroquial se integra en una manzana trapezoidal “aproximándose a un triángulo, con bordes redondeados los recayentes a la avenida (Vicente Aleixandre)”. En la realización del programa, los arquitectos siguieron las pautas definidas por el “Consejo Diocesano de Templos del Arzobispado de Madrid para CENTRO PARROQUIAL PEQUEÑO”.

La planta de la iglesia o nave dibuja un octógono irregular que no se proyecta al exterior en la parte baja, pues se encuentra “envuelta” por el resto de los espacios parroquiales, pero sí lo hace moderadamente en altura ya que es el volumen más elevado del conjunto.

Vista aérea de la iglesia de la Resurrección del Señor.

En relación con la forma octogonal utilizada en la iglesia de la Resurrección del Señor, esta figura geométrica está cargada de simbolismo en el cristianismo. El octógono, que se utiliza frecuentemente en las pilas bautismales, simboliza la resurrección según la simbólica cristiana de San Ambrosio, pues evoca “la vida eterna que se alcanza por la inmersión del neófito en las fuentes bautismales”. El octavo día sucede a los seis días de la creación y al sabbat (sábado y día de descanso para los judíos); el octavo día, según la semana judía, tiene lugar la Resurrección de Cristo. Según San Agustín, más allá del séptimo día, viene el octavo que señala la vida de los justos y la condenación de los impíos.

El octógono se adapta adecuadamente a las características del espacio asambleario, dirigiendo y acercando a los fieles hacia el presbiterio. Éste ocupa uno de los lados del octógono y la superficie elevada del mismo se adentra en el espacio de la nave. Configura el eje principal con la entrada, en dirección norte-sur (aproximadamente). Se trata también del eje menor del octógono lo que facilita la proximidad presencial y visual de los fieles en la liturgia. El lado del octógono situado al oeste es recto, mientras que, en el contrario, al este, se han abierto unas pequeñas capillas separadas por muros oblicuos.

Los materiales utilizados en los muros del interior de la iglesia son el ladrillo y el hormigón vistos. El uso de éstos se había generalizado a lo largo del siglo XX en la arquitectura religiosa. En el caso del hormigón se trataba, no sólo de incorporar uno de los nuevos materiales de........

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