UN SIMPLE MORTAL, INMORTAL
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23.04.2025
ESCRIBE: Jaime A. Vásquez Valcárcel Gabriel García Márquez murió el 17 de abril del 2014. En mayo de ese mismo año, como no podía ser de otra forma, la Feria del Libro de Bogotá estuvo dedicada a él. Todo en el campo ferial olía a flores amarillas. Por dónde uno caminara se encontraba con el rostro del niño de Aracataca. Recorrimos esos senderos con Percy Vílchez Vela, el escritor más prolífico de la Amazonía peruana, al decir de Raúl Miranda. Fue precisamente el poeta Vílchez quien, al ver que le entregaba el último libro sobre Mario Vargas Llosa escrito por Alonso Cueto, me mostró “Gabo y Mercedes: Una despedida” de Rodrigo García, hijo de ambos. Luego de leer las 144 páginas, 32 de ellas de fotografías familiares, no queda más que concluir que es un texto que todo sexagenario o cercano a esa edad tiene que leerlo. No solo porque se descubre la vida de Gabo sino, sobretodo, por la dignidad con la que enfrenta la muerte. Es un texto sobre su vida y su muerte. En sus páginas uno se detiene en frases como “escribir sobre la muerte de un ser querido es tan antiguo como la escritura” o “cuando pierde la memoria uno ya no sabe que es mortal” y, en medio de todo el alboroto que había alredededor de Gabo y su estado de salud se coincide cuando se lanza esta frase que más que miedo a la muerte es la tristeza que provoca. Alegra saber, gracias a una fuente de primera mano y de acrisolada ternura, que a pesar de los padecimientos memorísticos de........
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