El cierre del verano en Cuba: de lo sublime a lo ridículo
LA HABANA.- En medio de un derrumbe social que arrastra valores y principios, mezcla tradiciones con pastiche, y combina la escasez general con la dolarización en una espiral inflacionaria, rodeada por montañas de basura, malos olores, enfermedades y apagones, se festejó en Cuba el cierre del verano.
A los participantes en estas celebraciones no les importa, “les resbala”, la vorágine de calamidades en la que viven ni las que se avecinan. No tienen conciencia de ello —o fingen no tenerla— y ahogan la realidad en alcohol, la drogan o la venden en el mercado de la desidia, el oportunismo y la rendición, como mercaderes del alma.
Pronosticaba el filósofo español Ortega y Gasset en sus tesis sobre las minorías selectas y la mediocridad de la cultura de masas que la imposición de esta fórmula espuria del arte, que alienta y convoca a muchedumbres........
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