Código Naranja
Quien quiera practicar buen sexo necesita poner su espíritu en juego, y eso implica sentir, conectar mente-cuerpo, y sobre todo confiar y no perder los límites en ninguna circunstancia.
Lo otro es gimnasia. O reguetón, que es casi lo mismo por lo rutinario, pero con (más) malas palabras y menos creatividad.
De eso quedaron convencidos los asombrados espectadores de sendos minitalleres sobre sexo tántrico y BDSM que improvisamos en las frescas noches del campismo Duaba, a la luz de las linternas y en la cabaña de MaryD y Maura. (¿Y por qué no a la orilla del río, ¿eh? Qué fallo…).
El plan era hacerlos más protocolares y participativos, pero mi afonía no se prestaba para guiar una sesión de tantra y la presencia masculina era muy menguada (solo siete, y dos de ellos en edad pediátrica), así que nos fuimos por lo teórico para aclarar dudas mezclando arte, historia y cuántica.
Sin embargo, a insistencia de la doctora T (nueva adquisición del grupo virtual y el proyecto Sendero de los afectos, de Senti2Cuba) hicimos una pequeña demostración física en la que ella fue agasajada con la energía Shiva/Shatki de varios........
© Cubahora
