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Guerrero de la humildad

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15.05.2025

Murió Pepe Mujica, símbolo de la izquierda ética. De tupamaro a presidente, dejó un legado de humildad, lucha democrática y coherencia sin claudicar

José “Pepe” Mujica no fue un político tradicional. Fue un hombre que transformó el sufrimiento en sabiduría y la prisión en escuela. Su vida encarna una síntesis entre la lucha armada y la construcción democrática, una travesía que lo llevó de guerrillero tupamaro a presidente de Uruguay.

Falleció el 13 de mayo de 2025, a los 89 años, a pocos días de cumplir 90, víctima de un cáncer de esófago que se extendió al hígado. Murió como vivió: sencillez, coherencia y una fidelidad inquebrantable a sus principios.

Legado nacido de la resistencia

Encarnó la resistencia durante la dictadura uruguaya (1973-1985), cuando fue encarcelado por más de una década en condiciones inhumanas. Fue rehén del régimen y sobreviviente del aislamiento más extremo de 10 años, del que emergió con una visión transformadora. “Si no puedes ser feliz con pocas cosas, no vas a ser feliz con muchas”, repetía.

Su voz no cargaba resentimiento, sino un mensaje de reconciliación y libertad interior. A pesar de las heridas –literalmente, siete balazos, pérdida del bazo, un pulmón atrofiado–, Mujica supo transitar de la clandestinidad al Parlamento, del fusil a la tribuna democrática.

En ese proceso no renunció a su ética: donó casi el 90 por ciento de su salario presidencial, vivió en su modesta chacra, manejó su viejo “escarabajo” y convirtió su vida en un símbolo político contra el consumismo y la arrogancia del poder.

Ética de la sencillez

Mujica lideró a Uruguay entre 2010 y 2015, con un enfoque profundamente progresista. Legalizó el matrimonio igualitario y el aborto, y reguló el uso del cannabis. Fundó programas sociales importantes y su presidencia no fue un fin en sí mismo, más bien una extensión de sus ideales de igualdad, justicia social y fraternidad.

“Soy feliz porque cuando mis brazos se vayan, habrá miles de brazos en la lucha”, dijo en uno de sus últimos discursos. Así veía su papel en la historia, no como caudillo, acaso como eslabón de una cadena colectiva. Rechazaba los privilegios, los honores y los........

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