Mario Vargas Llosa, palabras eternas
En su discurso, pronunciado bajo el título de Elogio de la lectura y la ficción, en el acto de recepción del premio Nobel de Literatura, en Estocolmo, 7 de diciembre de 2010, sentenció que "la literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad humana y eclipsa las fronteras que erigen entre hombres y mujeres la ignorancia, las ideologías, las religiones, los idiomas y la estupidez".
Mario Vargas Llosa sabía de lo que hablaba. Su hilo conductor tejió y destejió, con la paciencia de una Penélope, la red de salvación de una sociedad que no debería dejarse intimidar, según él, por "quienes quisieran arrebatarnos la libertad que hemos ido conquistando en la larga hazaña de la civilización".
Y hasta aquí ha llegado el hombre, el escritor eterno permanecerá con sus aportes consistentes de inteligencia, para defender "la democracia liberal, que, con todas sus limitaciones, sigue significando el pluralismo político, la convivencia, la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la crítica, la legalidad, las elecciones libres, la alternancia en el poder, todo aquello que nos ha ido sacando de la vida feral y acercándonos (aunque nunca llegaremos a alcanzarla) a la hermosa y perfecta vida que finge la literatura, aquella que solo inventándola, escribiéndola y leyéndola podemos........
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