Defensa urgente de la sindéresis
Empecemos con la etimología de una palabra que fue importante y que hoy está casi desparecida porque aquello que nombra es muy difícil de encontrar. En estos días de falsedad premiada, la sindéresis es, cuando menos, calumniada como extravagante o incluso como vicio de fachas.
En la obra de Homero, “tereo” significa vigilar atentamente. En Aristóteles “syntereo” significa guardar o conservar. Parece que San Jerónimo, el traductor del hebreo y del griego al latín, creó a partir de esos verbos el sustantivo “synteresis” equivalente a scintilla conscientiae que significa chispa de la conciencia.
Santo Tomás, en el muy fértil periodo medieval del S. XIII, consideraba la sindéresis como una virtud no adquirida sino innata que aunaba la inteligencia de los principios de identidad y no contradicción con la práctica del bien para evitar el mal. En contraposición a la sindéresis, los escolásticos situaban el fomes pecatti, es decir la inclinación al daño a otros y a uno mismo. Fomes es combustible y es la raíz de fomento, esa palabra que se ha empleado para bautizar ministerios. Mas la persona que haya fomentado corrupciones puede regresar aún a la virtud de la sindéresis.
El muy viejo concepto es inteligente y hermoso, pues, como defendían los escolásticos, esa chispa de conciencia debía servir, nada menos, que para corregir los errores de la razón a la vez que debía someter los apetitos sensibles. Ello suponía, de paso, la plena conciencia acerca de los vínculos entre los procesos cognitivos........
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