David Trueba y el discreto encanto de la casta cultural
Durante la agitación del 15-M, muchos nos planteamos una pregunta incómoda: ¿existe en España una casta cultural? Desde Podemos se hablaba mucho de la casta política, también de la empresarial, pero nunca se aludía a que pudiera existir una casta cultural que impidiese un avance del país (o, al menos, una conversación razonable sobre nuestros problemas). En España se suceden los casos de corrupción en los partidos políticos, también en bancos y hasta en la CEOE, pero apenas se conocen historias de corrupción cultural (quitando alguna excepción que confirma la regla, como los tejemanejes de Natalio Grueso en el centro Óscar Niemeyer de Avilés). La respuesta a esa pregunta, la de si existe una casta cultural en España, nunca llegó a responderse del todo, y me ha vuelto a la cabeza cuando una amiga me ha mandado una columna reciente de David Trueba en El País, donde el cineasta recordaba un verano clave de su vida, bajo el título de “Mi fracaso escolar” . El comentario con el que mi amiga acompañaba el enlace era rotundo: “que no le haya dado vergüenza escribir esto, sino más bien orgullo, dice todo sobre él y sobre nuestro entramado cultural”.
Trueba cuenta en el texto........
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