La deuda impagable y el crecimiento tóxico
La primera vez que España alcanzó el billón de euros de PIB fue en 2006, en plena burbuja inmobiliaria. No sólo fue llamativo por el número redondo, es que nueve años antes era de medio millón, por lo que en menos de una década se había doblado. Fueron años de fuerte crecimiento, con unas circunstancias favorables (como la entrada en el euro) y un buen ritmo de creación de empleo. Como descubrimos en la crisis de 2008, no era lo ideal pero tuvo una gran ventaja: el montante de deuda pública era relativamente bajo. No superó los 400 mil millones de euros hasta el año 2008, y aún así, era menos del 40% del PIB (por ejemplo, en 1996 era del 65%). Esto quiere decir que crecíamos pero no gracias a la deuda pública (bueno, sí a la privada, el problema es que la socializamos, aunque esa es otra historia).
Más allá de las propagandas políticas y de las explicaciones técnicas sobre lo mucho que está creciendo el PIB español estos años en comparación a nuestros vecinos europeos, la mayoría somos conscientes de que España no avanza. Y Europa tampoco
Y desde entonces todo cambió. A partir de la crisis de 2008, algo común en muchísimas economías, todo lo que ha aumentado el PIB no ha sido por crecimiento económico real, ha sido debido sobre todo a la deuda. Vivimos de ella. Quizás sea más fácil expresarlo en términos per cápita. Cada español debía en 2004 unos nueve mil euros en lo referido a deuda pública. Veinte años después esa cifra es de 33 mil euros. Nuestro PIB supera ya........
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