Sánchez ha perdido la cabeza y busca venganza para 'regenerar'
Aún a riesgo de que se considere un eximente de sus últimas y disparatadas decisiones, se puede afirmar que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha estado o está mentalmente enfermo. Así lo ha reconocido él mismo al tomarse cinco días de vacaciones porque necesitaba ‘parar y reflexionar’, o cuando el pasado martes en la cadena Ser declaró que había estado ‘mal’.
Y si Sánchez está mal, o lo estuvo en los pasados días, existe el riesgo de una recaída que nadie debe descartar. Una posibilidad que tiene en vilo a su Gobierno y al PSOE, partido que estuvo a punto de quedarse sin líder y sin presidente del Gobierno de manera inesperada.
En todo caso, si Sánchez, como parece, tiene o ha tenido mal sus facultades mentales, debe abandonar la presidencia del Gobierno, acudir a un hospital o tomarse unos meses más de vacaciones hasta que los médicos psiquiatras (le recomendamos al prestigioso Luis Rojas Marcos de Nueva York) le den el alta para que pueda volver con plena estabilidad emocional al ejercicio del poder.
Hasta el diario gubernamental El País reconoció en un editorial la gravedad de tan anómala situación diciendo que, tras el amago de fuga de Sánchez, el PSOE tiene que comenzar a reflexionar y actuar sobre una posible sucesión del secretario general. En el subtítulo del editorial El País escribe: ‘La inédita reflexión privada de Pedro Sánchez obliga al partido a comenzar el debate sobre un futuro sin su liderazgo’.
El problema aumenta cuando Sánchez pretende automedicarse y decide pedir la compasión del Gobierno y su partido y luego culpar de su deterioro político y mental a la oposición, a los jueces y a los........
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