Peligro: negacionistas a bordo
Las cosas que te salvan la vida se aprenden muchas veces sobre la marcha y sin maestro que te las enseñe. Al menos así fue para mí hace 20 años, cuando descubrí que hay personas que, en lugar de afrontar los problemas, niegan la realidad y siguen actuando como si no pasara nada incluso cuando la catástrofe es inminente. También tuve que asumir entonces que es inútil intentar auxiliar a quien se resiste a abrir los ojos, pues el negador de realidad tiene atrofiado el instinto de supervivencia: en un incendio no sólo no apagará las llamas, sino que tratará de quitarte el extintor de las manos y querrá convencerte de que no hay ningún fuego.
No podría cuantificar la cantidad de horas que he dedicado —y dedico— a pensar en este asunto. He escrito cientos de páginas intentando comprender por qué los negadores pueden llegar a morir por su absurda mentira antes que mirar a la realidad de frente y salvarse. A veces, y siempre impelidos por quien intenta ayudarles, consiguen quitarse la venda de los ojos y entender lo que les aguarda si no reaccionan; lo he visto en más de una ocasión en distintas personas. En ese instante de epifanía parece que al fin han visto la luz y que pondrán rumbo a ella, pero, incomprensiblemente, minutos después volverán a taparse los ojos y........
© Vozpópuli
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