Yolanda no da ni para un autogolpe
Entre los 'whatsapps' de más de 2.000 ‘purgados’ por Yolanda Díaz en IU desde hace años se refieren a ella como la ‘blanca paloma’. Es de suponer que no por una sobrevenida pasión rociera ni por un amor arrobado a la marisma. Ha creado mucho odio y hoy recibe mucho odio. Lo peor para un político no es que lo pillen con la mano en la caja, que nunca supere la anónima condición de diputadillo raso, o que sea un mero empleado de partido votando como un robot sin tener ni idea de lo que vota. Lo peor para un político es que se le tome a broma, convertirse en un hazmerreír público, en una suerte de monologuista de garito, en un artista de la mueca. La ‘blanca paloma’. Ese, y no otro, es el mérito logrado por Yolanda Díaz, ser una chanza entre los suyos convertida en actriz de culebrón. Hasta la soberbia que rezuma ya le queda impostada.
En Sumar se equivocan.
Creen que no cala el proyecto, que el hueco ideológico se reduce por la ofensiva del PSOE hacia su izquierda, o que tiene una estructura política tan irreal e inestable que ha quedado reducida a una mezcla de egos a codazos sin más ambición ni alternativas que ser y estar. Pero no es solo eso. La evidencia demuestra que no estaban unidos por Yolanda. Estaban unidos en torno a Yolanda —no es lo mismo— porque por separado serían una irrelevancia tan deficiente que apenas nadie lograría mucho más que algún escaño testimonial. Les dijeron que debían creer en Yolanda Díaz porque salía mucho en la tele y no porque fuese una aglutinadora de minorías impotentes para una mayoría autosuficiente.
Pero el diagnóstico tan dramático para Sumar no se reduce a esto. Sí,........
© Vozpópuli
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