Sánchez, emparedado entre la DANA y Aldama
Un tremendo barrigón anunciaba la llegada de Patxi López al Hemiciclo en esta jornada de control. Siempre madrugador, amable con los fotógrafos, no podía ocultar su desasosiego en ese pétreo rostro esculpido a martillazos. Mostraba una estampa penumbrosa, entre agónica y derrotada. La troupe ministerial se hizo esperar. Ni un miembro del Gabinete presente en la sala hasta que ocupó su escaño el 'número 1', acompañado de su vice-una Montero. Bolaños ofrece ahora un perfil escurrido, entre huidizo y penitente. Sara Aegesen, la nueva titular ecológica, con aspecto estupendo de actriz de Bergman, se movía con prudente soltura. Bustinduy, titular de alguna ignota cartera, había sido engullido por el alto cuello de su jersey.
Sánchez arrancó su verseo con displicencia rutinaria sobre la DANA mientras sus diputados rastreaban en el móvil las palabras de Aldama, a esa hora en lo de Herrera. En el grupo del PP se veían discretos auriculares (el portavoz Tellado o el activo Bendodo) como ocurre en algunos estadios. Se mira un partido pero es otro escenario el que interesa. Un remake de 'la noche de los transitores', en versión digital. Este es el retrato preciso del momento político actual. El presidente cacareando fábulas y falacias, como quien oye llover, mientras la la tromba de la corrupción se lo lleva por delante. O, en palabras de Feijóo, "su agonía judicial le ocupa todo el tiempo. Se les ve a ustedes en las caras. Ya no gobierna, déjelo ya".
En efecto, el rostro del protagonista de la sesión de control ofrecía un aspecto entre el temor y el pavor. Mes y medio se ha tomado Sánchez para volver al Congreso, ese recinto inhóspito que tanto detesta. Tocaba hablar de la tragedia valenciana. Fue la deposición de un caudillo cobardón que escapó del escenario del llanto que él mismo propició, allá en Paiporta, donde unos paisanos justamente iracundos le obsequiaron con unos puñaditos de barro y un palitroque que ni........
© Vozpópuli
visit website