Barbate: dos asesinos y mucho más
El asesinato de dos guardias civiles en Barbate el pasado viernes, embestidos por una narcolancha que les pasó por encima es, ante todo, una tragedia. La incuria radical de dotación –un piraucho, una zodiac, frente a una narcoembarcación infinitamente superior– es muestra de una pavorosa falta de medios. La escena de ese asesinato la hemos visto todos una y otra vez en las televisiones. No se olvida fácilmente. Y después, la constatación de la carencia radical de instrumentos: el desmantelamiento gubernamental de la unidad de élite de la Guardia Civil para la lucha antidroga en la zona del campo de Gibraltar (OCON SUR). Las patrulleras obsoletas cuando no directamente averiadas hacen muy difícil la lucha contra el narcotráfico en estado muy superior en medios económicos y materiales. Aparece una irrisoria desproporción entre las fuerzas de seguridad frente a la delincuencia vinculada al narco.
Es así que se producen las tragedias que provocan el espanto de la población. La constatación de un auténtico abandono por parte de quien debía proporcionar los medios adecuados.
Pero hay más, es lo que hace a la humanidad, o mejor, a la piedad, de los responsables públicos. Ese algo que es intangible pero decisivo, pues nos permite reconocernos como miembros de una sociedad, de una comunidad de hombres y mujeres que se respetan. Parece muy........
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