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No nos representa

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04.06.2024

Desde 2018, los gobiernos de Sánchez no son representativos de la mayoría social española. Su poder se funda en el acto puntual de las investiduras, logradas sumando a todos los perdedores, desde el PSOE a pequeños partidos comunistas y separatistas con historial de terrorismo. Es el fatal efecto del deletéreo sistema electoral que padecemos. Con la unión de la investidura logran la impunidad para cuatro años de legislatura: todos consiguen el usufructo el poder para aplicar políticas en beneficio propio, como una banda de carroñeros con el camuflaje del “progresismo”.

Una vez lograda la pieza del poder, todos están expectantes, sentados en la mesa para sacar la mejor tajada de la presa que no es otra que la nación española, formada por todos y cada uno de los españoles. En cada votación del Congreso de Diputados interactúan sus intereses contradictorios, tanto si logran ponerse de acuerdo (indultos a violentos contra la Constitución, cambio de la ley penal a favor de los delincuentes, y ahora la infame ley de amnistía contra el orden instituido…), como si no (leyes del presupuesto del Estado, suelo, y anti-proxenetas…). Pero el efecto global es el mismo: el progresivo deterioro del orden democrático en la dimensión política, económica y educativo-cultural. La taimada estrategia de Sánchez para sobrevivir a su precaria situación es huir hacia delante: crea hechos a su medida para eludir la realidad, como el simulacro de su renuncia, usando al Rey para burla de todos los ciudadanos, la crisis con Argentina e Israel o el reconocimiento del Estado palestino en medio de una guerra no iniciada por Israel; erige y ataca enemigos (fachosfera, Ayuso…); crea relatos contradictorios contra el PP y Vox, pero pacta con PP en Europa, o cuenta con sus votos cuando sus socios le dan la espalda.

Visto el carácter del personaje por nada del mundo soltará el poder ahora que tiene casi todas las instituciones controladas, más aún ahora que su mujer está investigada por corrupción. Pero los hechos son tozudos. Contra ellos ha erigido una red de creación de opinión con epicentro en la Moncloa y se expande por medios y redes. En todo el “ruido” que genera subyace este patrón: la realidad no existe, se crea; si un hecho contrario sale a la luz, se neutraliza con acusaciones o relatos contra la........

© Vozpópuli


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