Con deuda no hay futuro
Los medios de comunicación del vecino del norte se despertaron el viernes con la noticia del instituto nacional de estadística galo (el INSEE), según la cual la deuda pública francesa alcanzó los 3,303 billones de euros en el tercer trimestre del año, cifra equivalente al 113,7% del PIB, el nivel más alto jamás alcanzado en términos absolutos. En los tres meses que van de julio a septiembre, el endeudamiento galo aumentó en 71.700 millones. La escalada parece imparable: 3.159.700 millones al cierre del primer trimestre; 3.228.400 el segundo y los citados 3.303.000 el tercero. Más llamativo aún es reparar en el meteórico aumento registrado en los últimos 20 años, en los que la deuda pasó de 1.082.000 millones en 2004 a los 3.303.000 actuales, lo que quiere decir que la cifra se ha más que triplicado en dos décadas. Baste decir que en los siete años de presidencia de Emmanuel Macron, el endeudamiento francés ha aumentado en 839.000 millones. La crisis del Covid y el “haremos lo que sea necesario" [para derrotar la pandemia] están detrás de lo ocurrido, pero también la incapacidad de París para ajustar sus cuentas públicas. Pocas horas después de que, viernes 13 de diciembre, el presidente de la República anunciara el nombramiento de François Bayrou como nuevo primer ministro en sustitución de Michel Barnier, la agencia de calificación estadounidense Moody’s rebajaba la calificación crediticia a largo plazo de Francia de "Aa2" a "Aa3". Llovía sobre mojado después de que, la pasada primavera, Standard & Poor's hiciera otro tanto (de “AA” a “AA-”). “La decisión adoptada refleja nuestra opinión de que las finanzas públicas del país se verán significativamente debilitadas en los próximos años por el aumento de la inestabilidad política, lo que probablemente impida una consolidación fiscal significativa”, explican los analistas de Moody's.
La situación de España no es mucho mejor, incluso cabría decir que es peor. El último dato disponible eleva la deuda de nuestras Administraciones Públicas hasta los 1.636 billones, prácticamente la mitad de la francesa para un Producto Interior Bruto (PIB) que es también la mitad del francés. Es cierto que en términos de PIB esa cifra representa en la actualidad el 104,4% del mismo, pero ello se debe en gran parte a la trampa del denominador (revisiones al alza del PIB), al crecimiento de una economía dopada por los fondos europeos y un gasto público responsable en un 60% del comportamiento del PIB en el periodo 2019-2024. Alguien puede argumentar con razón que preocuparse por la deuda........
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