En defensa del Poder Judicial
Un amigo mío, que fue juez durante muchos años y que lo fue porque desde niño no se planteó ser otra cosa, sueña con arreglar el mundo de la Justicia. Su sueño, aunque no lo diga, coincide con sus aspiraciones y, lo que es más admirable aún, con su empeño por lograrlo.
Mi amigo, por fuera, es de aspecto normal y aire apacible; se conoce que la procesión va por dentro. Su mujer, que es más realista que él y también bastante más agraciada físicamente, cree que el problema viene de lejos, concretamente desde que tanto ella como él, ingresaron, respectivamente, en las carreras fiscal y judicial y nunca se arrepintieron de haberlo hecho, pues están convencidos de que ambos oficios son de los más bellos del mundo.
Yo creo que lo que le ocurre a mi amigo es que, después de haber vestido la toga durante tantos trienios, piensa que, visto el panorama, a la Justicia de hoy no la conoce ni su madre, o sea, Temis, esa diosa de la mitología griega que se nos presenta portando una balanza y una espada e incluso, a menudo, con los ojos vendados.
Mi amigo, que no fue un mal juez ni tampoco un juez extraordinario, sino un juez más, cuya vida judicial se desarrolló en un ir y venir de gozos y amarguras, me dice que no basta con quejarse y que si se quiere mejorar la situación de su amada Justicia hay que arrimar el hombro y contar lo que pasa. De manera que se ha puesto manos a la obra y ha elaborado un manifiesto.
Lo ha escrito, me dice, guiado por el afán de defender al Poder Judicial, aunque sin renunciar a llamar al pan, pan, y al vino, vino. También a sabiendas de que la faena es una suerte literaria que requiere precisión y concisión, cualidades ambas que reconoce no está seguro de reunir.
Éste es el texto que me envía para que lo haga público de la forma que considere más conveniente.
MANIFIESTO que, gustosamente, someto a la consideración de jueces, fiscales, abogados, profesores de universidad, juristas de toda condición y ciudadanos del común que claman por un poder judicial independiente de verdad y suplican que políticos, pseudopolíticos y........© Vozpópuli
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