¿Hasta cuando, señor fiscal general del Estado?
Hace tiempo, señor fiscal, que no le escribo. Con ésta de hoy son dos las veces que lo hago. La primera fue, también en este periódico, en diciembre del año pasado a propósito del informe del Consejo General del Poder Judicial que consideró que sus antecedentes políticos no eran la mejor carta de presentación para el cargo que ocupa ni, por tanto, garantizaban la imagen de autonomía e imparcialidad que el puesto exige. O sea, una declaración de ineptitud en toda regla.
Dicho lo cual, reconocerá, don Álvaro, que sigue usted en la cuesta arriba del escándalo, hasta el punto de que comentar todos los casos que se le acumulan es tarea complicada, pues lo más probable es que un nuevo y truculento episodio habrá protagonizado antes de terminar la última noticia judicial del día. Sin ir muy lejos, ahí están los tres sucesos de la semana pasada que le han tenido como figura estelar. Desde el inaudito recurso de apelación interpuesto contra el auto del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid que acordó la incoación de diligencias en un asunto en el que la mujer del presidente del Gobierno figura como investigada y que mereció el rechazo de la Audiencia Provincial de Madrid en términos tan contundentes como que su recurso podría llevar a lagunas de impunidad, hasta la temeraria e........
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