El esperpento nacional
Lástima que ya no se encuentre entre nosotros el genial Berlanga. Lástima porque con lo sucedido en la política española en los últimos días podría realizar una comedia tan exitosa como la Escopeta Nacional o como cualquiera de su serie Patrimonio Nacional. Es así porque contemplar como después de varios años de batallas judiciales entre el Estado y Puigdemont sea éste, todavía huido de la Justicia española, el que decida quien preside el Congreso de los Diputados y quien probablemente decida quien va a presidir el Gobierno español, supera la ficción berlanguiana construida alrededor del marqués de las Marismas. Pero más allá del humor, lo cierto es que conocer cómo Sánchez se apoya en un prófugo para lograr sus objetivos políticos causa pena y dolor a cualquier demócrata. Y observar la naturalidad con la que los cronistas del sanchismo narran sin ruborizarse las negociaciones entre los recaderos de Sánchez y los asistentes del emperador de Waterloo provoca náuseas.
Un breve repaso a una de las cuestiones en liza sirve para resaltar lo cómico, en realidad dramático, de lo sucedido. Tras pasar varios días descalificando a Sánchez y a su tropa, horas antes de la constitución de las Cortes, Puigdemont realiza como exigencia pública para votar a favor de la candidata socialista a presidir el Congreso que la troupe sanchista ofrezca “hechos........
© Vozpópuli
visit website