Sánchez y los Lambo
“Más transporte público y menos Lamborghinis” dice Pedro Sánchez, el que se va a la gala de los Goya en Valladolid (200 kilómetros desde Madrid) en el Súper Puma para volver a la Moncloa en el Falcon. No será él quien deje que la coherencia le estropee un buen discurso, que ya sabemos que la demagogia es la sal que utiliza para que nos los traguemos sin pestañear. Esa mención específica a los Lamborghinis, pudiendo optar por otras marcas del mismo nivel, Ferraris, Maybachs, Bentleys, resulta inexplicable para una parte de la audiencia a la que probablemente pertenece usted, amable lector, pero no para aquella a la que va específicamente dirigida. La cocina de Sánchez mantiene el dedo en el pulso de la España tiktokera, la que vive en las redes sociales y se debate en el eterno dilema de si sentarse en el sofá a ver First dates o presentarse al casting del programa.
Esa capa de la población sabe muy bien de dónde procede: del influencer Llados, el culturista tatuado que vende a los jóvenes cursos en los que les promete darles la llave de la riqueza y el éxito a base de hacer abdominales, levantarse a las cinco de la mañana y tener más autodisciplina que nadie para hacer no se sabe qué. A Llados le dan asco las panzas que ve por la calle y los perdedores de los que vive y se ha hecho rico a base de cobrar........© Vozpópuli
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