La intempestiva frivolidad de Yolanda Díaz
Le faltó tiempo. No pudo soportar que el PSOE le levantase la liebre del reconocimiento del Estado palestino sin que ella hubiera chupado la correspondiente cámara y sacado el suficiente rédito electoral del asunto. Tenía que ver la apuesta y doblarla. Y allá que se fue, vestidita de blanco como una comulganta, a leer malamente en el prompter un discurso vacío de todo lo que no fuera ponzoña. Tras mil frases hechas, con sus correspondientes dosis de demagogia, cursilería y violencia soterrada, -“presión” a la Unión Europea por aquí y por allá, alusiones litúrgicas que debieron parecerle al equipo redactor de lo más oportunas, como “es justo y necesario”- la reina de los bigudíes de la ultraizquierda respiró hondo para terminar el discurso con la traca final. Hizo una pausa, miró a cámara, y lo soltó. “Palestina será libre desde el río hasta el mar”.
Resulta verosímil aventurar que el silencio que debió hacerse en ese momento en todas las misiones diplomáticas españolas en el área pudo cortarse con........
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