El dilema de Feijóo
No debe ser fácil para Alberto Núñez Feijóo el dilema de mantener a Carlos Mazón al frente de la Generalitat Valenciana o promover su sustitución; y, si así lo decide, elegir el momento oportuno para cerrar la brecha que se ha abierto entre el PP y una buena parte de los valencianos, a juzgar por la imagen de nefasta gestión del Govern que revelan los sondeos. Desde una defensa inicial casi obligada por aquello de "al enemigo (Pedro Sánchez) ni agua" hasta pedir a éste que declare el Estado de Energencia -lo que equivale a quitar a Mazón el mando- a medida que hemos ido conociendo detalles del despropósito, imagino un Feijóo preocupado ante una decisión que envenenaría el sueño a cualquiera: Mantener al valenciano no tiene ahora coste para él aunque sí puede tenerlo para el PP a medio plazo... Mucho.
De momento, Génova, sede central, ha ordenado un prietas las filas con él que suena más a patada hacia adelante a la espera de que algún día dia escampe el chaparrón de críticas, que a otra cosa; pero, si soy sincero, no creo que Feijóo, perro viejo, no sepa ya a estas alturas que juega con fuego en términos de opinión pública porque el PSOE va a tratar de convertir cada aparición de Mazón en una dosis de recuerdo para los valencianos de lo que debió ser su mandatario y no fue cuando andaban con el agua al cuello.
Cierto que gana tiempo y, sobre todo, evita devolverle a Vox, su íntimo enemigo y socio inevitable de otra investidura, el protagonismo que lleva año y medio intentando quitarle en el resto de España. Sí, ¿Y?... ¿A qué precio? ¿Cuál es el coste en diferido de no hacer nada? ¿De verdad creen el presidente del PP y su núcleo de confianza que por sí solos Compromis, Podemos y los pancatalanistas con el cantautor Lluis Llach de mascarón de proa -hasta el PSOE se borró por temor a ser tachado de oportunista- son capaces de reunir un sábado en el centro de Valencia sin Metro, Cercanías ni autobuses por la riada a 130.000 personas llegadas en coche de todos los confines de la comunidad a........
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