Barcelona nunca será Saigón
Cualquier observador medio de la realidad se da cuenta de que Barcelona nunca será Saigón, ya saben, la ciudad survietnamita que pasaría a la historia del siglo XX por aquella huidiza imagen del helicóptero de la Fuerza Aérea estadounidense posándose sobre el tejado de su embajada en abril de 1975 para evacuar los últimos efectivos de una guerra que los norteamericanos, creyéndose invencibles tras su triunfo en la Segunda Guerra Mundial, perdieron estrepitosamente .
Y no lo es por una cuestión previa a cualquier otra consideración: el destino del ocupante, entonces en el país asiático y ahora en Afganistán, sólo podía ser uno: irse tarde o temprano; con triunfo final de Ho Chi Minh y su guerrilla comunista o no. Mientras que el destino de España sólo puede ser otro: quedarse en una Cataluña donde han convivido durante milenios habitantes de uno y otro lado del Río Ebro, se han casado, han reído, llorado y hasta han hecho la guerra (civil) juntos; una tierra donde los apellidos más comunes son los muy españoles García, Martínez y López y en la cual el independentismo nunca ha pasado del 40% de apoyo sobre........
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