Señor Feijóo, no se empeñe en entender a Sánchez y mantenga la pólvora seca
Luego de parasitar la Administración Pública y sus empresas como agencia de colocación de un PSOE acogido al “calor de establo” y esclavo de quien titulan “Puto Amo”, el Ufano de la Moncloa ha culminado esta semana la colonización de las instituciones del Estado con su asalto al Banco de España como no se conocía desde la época del dictador Franco. Así, en el caserón de la Plaza de Cibeles, Sánchez ha desembarcado como comisario político -otro Tezanos- a su ministro Escrivá. Empero, la alegría no fue completa debido al contratiempo de que ninguna de las dos magistradas apadrinadas por su camarlengo Conde-Pumpido fuera elegida presidenta del Poder Judicial en pro de la unidad de acción con el Tribunal Constitucional bajo su cesarato.
Conjurado el peligro en primera instancia, se entiende que la apología de la independencia judicial por parte de Isabel Perelló, siendo moneda corriente en toda apertura del Año Judicial, haya adquirido este año bríos de hito al blandir la nueva presidenta que “ningún poder del Estado puede dar instrucciones a los jueces sobre cómo interpretar el ordenamiento jurídico”. Ello verifica, y más tras el graznido de grajo del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, en funciones de letrado doméstico del matrimonio Sánchez, que son malos tiempos para la Justicia cuando defender lo obvio merece portadas de periódicos y cabeceras de telediarios.
Para empotrar a un satélite sanchista como gobernador del BdE, luego de que su antecesor, Pablo Hernández de Cos, rayara en la excelencia y prestigiara una entidad cuasi bicentenaria, Sánchez ha maniobrado con premeditación (lo convino antes del reajuste gubernamental de noviembre de 2023, mientras mantenía la ficción de una negociación con el PP) y alevosía (lo aparcó en un miniministerio para que la espera se le hiciera llevadera). Pero es que, como habitúa, lo ha hecho con desprecio de su compromiso de echar el cerrojo a las “puertas giratorias” y contravención de la legalidad española y europea garante de la autonomía del BdE.
Por la pasarela del trato de favor, el BdE devendrá en apéndice del Consejo de Ministros al que ya no fiscalizará, sino al que expedirá cheques al portador, así como hará buena digestión de los cocidos que el mismo Escrivá condimentó sobre Pensiones y Seguridad Social con su primera cartera ministerial, amén del proyecto de presupuestos sin votos que presente Montero para aparentar normalidad. Como postre, “Tragabuches” Escrivá se embuchará el cupo separatista tras acomodar Sánchez al secesionista Jordi Pons, avalista del falaz expolio, en el BdE por imperativo de ERC para que carcoma al Estado a sueldo de éste. Como vasallo agradecido, Escrivá bombardeará la política fiscal de las baronías del PP arrancando -calle Alcalá arriba- por Ayuso, la obsesión enfermiza del déspota de La Moncloa.
De la manera en que se lo guisan y se lo comen, Juan Palomo debería tener asiento en el BdE. Más, al trascender que Escrivá usa sociedades instrumentales para escamotear un patrimonio con el que debe tener “para vivir cien vidas” de acuerdo con el manual de demagogias con el que Sánchez abrió curso este miércoles en el Instituto........
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