El bipartito PNV-PSOE sobrevive a la galerna etarra, pero queda a merced de nuevos oleajes
Cual supervivientes de un presumible naufragio, PNV y PSOE deben sentirse felices de haber salido bien librados de la galerna etarra que amenazaba con hacer saltar el vigente “statu quo” vasco y, en consecuencia, desestabilizar los equilibrios parlamentarios que sostienen a Pedro Sánchez en el poder. “Ajuria Enea, para ti; La Moncloa, para mí”, pueden colegir el propio Sánchez y Ortúzar después de que el desenlace de las elecciones vascas de ayer haya caído de su lado después de ver, como en la película Match Point, como la bola bailaba sobre el dobladillo de la red. Sin embargo, conviene no engañarse sobre la corriente de fondo que se remueve con el espectacular crecimiento de los bilduetarras y de su capacidad para imponer desde la oposición un nuevo estatus claramente independentista que arrastrará inevitablemente al PNV en la competencia por el liderazgo secesionista.
Al cabo de un sexenio de que ETA anunciara su disolución (3 de mayo de 2018), sin asomo alguno de contrición por su millar largo de asesinatos en sus 60 años de existencia, el brazo político de la organización terrorista, EH-Bildu, se proclamó anoche ganador virtual de los comicios vascos. Su éxito no hubiera sido posible sin haberse cobrado ese precio político que los partidos constitucionalistas negaron por activa y por pasiva. Tal convalidación política de la violencia se ha efectuado mediante el blanqueo de su negra historia criminal y de su legitimación por el bipartito gobernante (PNV-PSOE) y por Pedro Sánchez. No en vano es presidente merced al apoyo de Bildu está en La Moncloa y no parece que le vaya mal en su ambición personal ateniéndose a las urnas vascas.
A cambio, ha debido redefinir como “fuerza democrática y progresista” a quienes no han variado un ápice sus planteamientos y le han obligado a girar como un girasol inmolando la memoria de los mártires de la democracia en el ara de sus ansias de poder. Quienes presumían de que “ETA no nos engaña” se han dejado raposear dejando de “hacerse cargo” del dolor de los asesinados y de su derecho a que se haga justicia. No se ha preservado ese principio moral y político que tan bien formuló en 2007 el entonces presidente italiano, Giorgio Napolitano en un momento crítico para los transalpinos. “La legítima reintegración en la sociedad de los culpables de actos de terrorismo que hayan saldado sus deudas con la justicia debería traducirse -subrayó- en el reconocimiento explícito de la injustificable naturaleza criminal del ataque terrorista (…) e ir acompañada por conductas públicas inspiradas en la máxima discreción y mesura”.
Nada que ver con lo sobrevenido en España. Al contrario, Eh-Bildu festejaba anoche su gran resultado con el champán que demandaba el asesino en serie De........© Vozpópuli
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