La carcajada de Puigdemont
Probablemente lector usted haya recibido una educación de la que se siente orgulloso. Estoy seguro de que sus padres se esmeraron en dibujarle cuando era un niño el perímetro de la Justicia; y también de que hicieron lo posible porque supiera cuanto antes qué es y qué no es legal. Con ese bagaje elemental, pero seguro para ir por la vida, ha crecido, y de la misma manera lo ha transmitido a quien ha creído conveniente, sabiendo que sólo respetando las leyes aseguramos la convivencia, que a ver si de algo tan obvio se entera de una vez el señor que ha ganado las elecciones cuando solemne asegura que en Cataluña hay un problema de convivencia y no de independencia. ¿Se lo puede explicar alguien, por favor?
Bien, seguro pues de la educación recibida, resulta que ahora llega la Justicia y cambia el guion. No es verdad eso de que fuera de la ley sólo está el delito. Ahora sabemos que el más alto Tribunal español, el Supremo, considera que Carles Puigdemont tiene derecho a presentarse a las elecciones europeas pese a ser un prófugo de la justicia española y a estar procesado por rebelión. Asumamos como podamos lo que........
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